Valdomir: “Vamos a restablecer un clima de diálogo”

El sábado 15 de febrero se instalará el nuevo Parlamento con la toma de posesión del cargo de los diputados y senadores electos en los comicios nacionales de octubre, lo que marcará el inicio formal de la 50ª Legislatura. Las sesiones darán inicio a las 13.30 horas con la elección del nuevo presidente de la Cámara de Representantes. El diputado del Espacio 609 Sebastián Valdomir será quien presida la Cámara este primer período legislativo. El Frente Amplio presidirá tres de los cinco años legislativos, mientras que la oposición lo hará en los restantes dos, en forma intercalada.

Por otra parte, la Cámara de Senadores se reunirá a las 17.00 horas para tratar temas pendientes y llevar a cabo la ceremonia de juramento de los senadores electos y a las 18.30 horas se dará inicio al nuevo período de sesiones con la reunión de la Asamblea General. Por último, se llevará a cabo el tradicional desfile militar en la explanada del Parlamento. 

Desde el 15 de febrero y hasta el 1º de marzo, el senador Alejandro Sánchez presidirá el Senado y la Asamblea General, por encabezar la lista más votada (la 609, del Movimiento de Participación Popular) del partido con más votos obtenidos. Será responsable de tomar el juramento de los nuevos senadores. El 1º de marzo, Sánchez también juramentará a la vicepresidenta Carolina Cosse y al presidente Yamandú Orsi, tras lo cual se desempeñará como secretario de Presidencia. Su lugar en el Senado lo ocupará el exintendente de Rocha, Aníbal Pereyra.

En entrevista con El Explorador, Sebastián Valdomir adelantó como una de las tareas centrales “restablecer el diálogo político” para la convivencia democrática y mejorar la capacidad de respuesta ante los problemas más acuciantes para la ciudadanía.

El 15 de febrero asume como presidente de la Cámara de Representantes. ¿Qué impronta piensa imprimir a la gestión en este período que arranca con el Frente de vuelta en el gobierno?

Cada gobierno cuando asume marca una impronta y manda una serie de prioridades. La peculiaridad que tiene esta etapa es que vamos a tener que ver cómo conseguir esos apoyos que a priori en la Cámara de Diputados nadie tiene. Hay un bloque que es la coalición que tiene 49 votos, otro bloque que es el Frente Amplio que tiene 48 y 2 votos que no integran los dos bloques, lo que permite hacer que se esfuerce mucho más el diálogo político y la negociación parlamentaria. Lo que te impone es dialogar muchísimo más, negociar parlamentariamente, ver cuál es la agenda de un partido, cuál es la agenda de otro y ver puntos de acuerdo, puntos en común y tratar de buscar esos mínimos de acuerdo.

¿Cómo ve ese diálogo político después de una campaña que fue muy dura? 

Es difícil porque venimos de una campaña electoral que se polarizó mucho, se pasaron algunos límites. Entonces, un primer objetivo este año de funcionamiento es fortalecer la confianza y la tolerancia para que todos los actores que están representados acá puedan sentirse en condiciones de negociar y dialogar políticamente. Vamos a tratar de bajar el tono de la confrontación política. Eso se tiene que dar cuando uno reconoce a los interlocutores, pero cuando está totalmente cruzado y niega al interlocutor no hay diálogo posible. Entonces, lo primero que vamos a procurar es restablecer un diálogo político a nivel parlamentario que permita buscar acuerdos. Luego, llegaremos o no.

Los buenos legisladores parlamentan, plantean sus ideas con firmeza, pero también escuchan al otro. Entonces, lo que hay que lograr es instalar ese espacio de diálogo, esa confianza. Para eso hay que bajar la polarización de la cual venimos por la campaña del 24 y sobre todo recuperar algo que siempre la política uruguaya tuvo, que es discutir con códigos. 

El gobierno anterior utilizó la ley de urgente consideración para impulsar su agenda parlamentaria. ¿El Frente descarta el empleo de este instrumento?

Descartar no se puede descartar nada, a priori, pero creo que ese no es el mejor mecanismo para dialogar políticamente porque impone plazo perentorio para su tratamiento. Y cuando vos lo que querés es buscar acuerdos, que haya un plazo que esté como espada de Damocles que tengas en la cabeza directamente puede generar un callejón sin salida, porque si a tal día no tenés acuerdo, se cae el proyecto. Además, no solo se negocia en el Parlamento, se negocia en muchos ámbitos. Presidencia va a jugar un papel fundamental. Hay también una discusión pendiente que es cómo se va integrar la oposición al gobierno de los entes. El papel de contralor también establece una dinámica de diálogo.

¿Qué implica reconocer al interlocutor para usted?

Cuando yo hablo de reconocer al interlocutor, reconozco que hay una bancada del Partido Nacional que es muy poderosa, por ejemplo, en el interior del país. Reconozco que hay una bancada del Partido Colorado. Reconozco que hay otras expresiones de partidos minoritarios, pero los reconozco y sé que representan a sectores de la sociedad porque alguien los puso ahí, no vinieron por generación espontánea. Ahora, cuando yo vi el año pasado gente de primer nivel decir: “Una patria sin izquierda”, ¿qué significa para los que representamos a la mitad del sector uruguayo? ¿Que nos tenemos que ir? Eso circuló el año pasado en la campaña. Esa es la negación del interlocutor. Eso es lo que tenemos que echar para atrás. 

Eso que usted señala, ¿no fue consecuencia del papel del Frente Amplio como oposición?

Nosotros no incendiamos la pradera, no le dijimos que no a todo de manera sistemática, no pusimos el palo en la rueda, no fue ese el cariz de la oposición que practicó el Frente Amplio. Integramos varios espacios de diálogo político. Por ejemplo, en la comisión de expertos de la seguridad social tuvimos tres representantes, íbamos ahí con responsabilidad, compromiso, dejábamos asentada nuestra posición, se fundamentaba, se discutía en la mesa política. Después se podía estar de acuerdo o no, pero participamos de buena fe. Estuvimos en el diálogo por la seguridad pública en el que hubo un representante del Frente Amplio también.

O sea, en todos los espacios que fuimos integrados y convocados participamos de buena fe. No es que le dijimos que no a todos, en el momento de la pandemia, cuando hubo que sacar cosas rápidas con poco estudio parlamentario, obviamente, ya que el tiempo apremiaba, el Frente Amplio dio su voto para apoyar y sacar cosas de urgencia.

El Frente Amplio ha fijado algunas prioridades en términos de gobierno y de labor parlamentaria.

Como bancada oficialista hay tres escalones de trabajo para la composición de la agenda parlamentaria. La primera es lo que manda el poder ejecutivo al Parlamento. Entrarán por el Senado, entrarán por Diputados, pero ahí hay una primera agenda de temas. Una segunda agenda es a lo que nos comprometimos cuando estuvimos en la campaña: prioridades, el programa al Frente, prioridades programáticas como las anunciadas en campaña. Eso está en un segundo escalón, hay que ver cómo ordenamos por si hay iniciativas privativas del Ejecutivo o podemos tener capacidad de iniciativa propia.

Y después hay un tercer nivel que es lógico: la dialéctica entre oposición y oficialismo. Acá ya sabemos que van a haber interpelaciones, llamados a sala en comisión general, asuntos políticos y ahí hay que ver cómo se discute políticamente y cómo se defiende el gobierno. Y tenemos otro elemento al que hay que prestarle muchísima atención que es la discusión presupuestal, que arranca ya en julio. 

Con respecto a la aprobación de la Rendición de Cuentas del año 2024, ¿el Frente Amplio maneja la posibilidad de no votarla?

Primero, vamos a estudiarla con lupa. De la misma manera que lo hicieron ellos con la Rendición de Cuentas de 2019, el último año del Frente. Lo que nosotros vamos a hacer es analizar con lupa el estado de situación que nos dejan las cuentas públicas. 

El tema del déficit que deja este gobierno ya está planteado como un tema en la transición.  

Sí. Es más, ningún economista del Frente Amplio ha sido tan duro como Javier de Haedo diciendo que es increíble cómo el equipo económico se precia de un buen manejo fiscal con las cuentas, con los números que se conocieron, palabras más, palabras menos. Yo quiero conocer el informe que se va a conocer ahora a fines de febrero del Consejo Fiscal Asesor, que es una institucionalidad creada por la LUC con la regla fiscal.

Quiero saber los números que deja este gobierno. En el último informe del Consejo Fiscal Asesor de mediados del año pasado ya se la había señalado al gobierno problemas de diagnóstico. Es un PIB más grande, porque Azucena lo ha dicho, de seis puntos más que en 2019, pero con un mayor nivel de endeudamiento y con un déficit igual al del 19. Entonces, el neto es más déficit ahora que el que dejamos nosotros en 2019. 

¿Este gobierno solo gobernó para los llamados malla oro?

Nosotros tuvimos esta discusión en la interna del Frente Amplio, es decir, no es que el gobierno recortó para todos. No, para algunas cosas recortó en lugares muy sensibles del gasto público, pero en otras gobernó para un conjunto de intereses muy particulares, por los cuales el que terminó siendo beneficiado de alguna manera es el sector económicamente más fuerte. El que tuvo capacidad de asegurarse buenas exoneraciones, inversiones, que muchas veces no dejan muchos puestos de trabajo, pero no se atendieron los problemas de fondo.

No se atendió por ejemplo el problema del atraso cambiario. Un atraso cambiario de los más grandes de la historia de los últimos 50 años. No se resolvió el problema competitivo, sobre todo los comercios en el litoral con la diferencia cambiaria con Argentina.

Tampoco se resolvieron situaciones de precariedad laboral en lugares del interior del país que tienen una informalidad que es el doble de lo que es la media nacional. No se atendió lo que tiene que ver con el aumento de salarios de ingreso a los hogares.

Hay decenas de miles de trabajadores que cobran menos de 25.000 pesos y con eso sabemos todos que no se cubre el costo de vida. Aumentó la pobreza infantil y se generó más desigualdad. Solamente una parte del quintil más rico tiene mejor ingreso que en 2019. Los otros cuatro quintiles tienen menos ingreso promedio que en 2019. Entonces, eso es un aumento de la desigualdad. 

Ahora, con este panorama, volviendo al tema de la Rendición de Cuentas, ¿cabe la posibilidad de que el Frente no la vote? 

Sí, cabe la posibilidad, sin duda. Porque aparte vamos a aprovechar esta instancia para discutir políticamente el estado de situación que nos deja el gobierno de coalición en materia económica, en materia fiscal y presupuesto público al gobierno que arranca el primero de marzo.

¿Es posible reeditar, por ejemplo, un plan de emergencia como lo hubo en 2005? 

Sí, creo que sí. En varios niveles. A ver, obviamente a nivel carcelario hay que dar señales inmediatas. Tiene que haber una cuestión relacionada también a la pobreza infantil.

Yo creo que habría que saturar de políticas públicas de carácter social zonas de nuestra sociedad que no se recuperaron luego de la pandemia. Me parece que es parte también de la previa de la discusión presupuestal y puede estar asociado a ese concepto de un plan de emergencia, o lo que yo digo que es un shock de saturación en materia de políticas sociales. 

Comisión Investigadora sobre el caso Marset

En el pasado período pasaron cosas muy graves vinculadas al caso Marset. ¿Cabe la posibilidad de que el Frente Amplio recorra, por ejemplo, el camino del artículo 93 de la Constitución?

No, en principio yo no lo veo en la agenda. Sí hay que ver que el Parlamento tiene una función de contralor y también puede eventualmente indagar a través de comisiones investigadoras .

¿Es posible que se instale una comisión investigadora por el caso Marset, por ejemplo? 

No lo descarto, no descarto nada. No solo de ese caso, puede haber de otro. Es una posibilidad cierta, sí. No es algo que vaya a suceder en una fecha determinada y sobre un tema, pero dentro del menú de herramientas parlamentarias la investigadora es una de ellas. Veremos.