
Orsi, la ministra y el dilema del terreno baldío

Es un momento “delicado” para el flamante gobierno encabezado por Yamandú Orsi instalado hace apenas 47 días, a la luz de lo que ha trascendido en relación a la ministra de Vivienda Cecilia Cairo. El hermetismo y silencio que rodea al Poder Ejecutivo en sobre este tema es, por cierto, un indicador de la incómoda situación que atraviesa el oficialismo por estas horas.
Cairo brindó explicaciones públicas sobre su situación el martes, a pedido del propio presidente, apenas trascendiera en el programa La Pecera, en Azul FM, que las construcciones de su propio domicilio de Pajas Blancas no estaban regularizadas ante la Dirección Nacional de Catastro y que el predio pagaba el tributo de la Contribución Inmobiliaria como terreno baldío con mejoras.
La ministra reconoció públicamente el error, pidió disculpas, alegó que no había cometido delito alguno y que, por tanto, no había motivo para renunciar , además que anunció que saldará de inmediato la deuda, la cual dijo, no fue una prioridad en su vida porque debió hacer frente a otras necesidades más urgentes.
La explicación sonó débil e inconsistente, ante los periodistas, aunque tal vez sea cierta. Cairo es una legisladora con varios años de experiencia de trabajo en asentamientos, militante destacada y una de las figuras relevantes y de peso en el MPP, que ejerció como coordinadora general del Programa de Mejoramiento de Barrios (PMB), y también integró la dirección del Plan Nacional de Relocalizaciones y Plan Juntos del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial.
En su beneficio, y es por estas horas el centro de análisis en ciertos sectores políticos de la oposición para definir si se promueve o no una interpelación, es que, en el fondo, “no hay una irregularidad cometida en el ejercicio del cargo” aunque sí pueda haber otras derivaciones desde la perspectiva de una contribuyente en falta.
El propio intendente de Montevideo, el frenteamplista Mauricio Zunino, señaló que corresponde evaluar si existe “irregularidad de construcción o si existe evasión” en una práctica informal que, al parecer, está tan extendida en algunos territorios como escasamente fiscalizada.
Paralelamente, se conocieron también distintas valoraciones desde la propia fuerza política, unas en defensa cerrada de la ministra Cecilia Cairo, como su propio sector MPP o desde la presidencia del Frente Amplio, otras advirtiendo la gravedad de la situación constatada y la necesidad de dar siempre el ejemplo cuando se ejerce un cargo de gobierno, en el marco de un profundo respeto por el trabajo y los antecedentes de la secretaria de Estado.
Desde la oposición, se pidió la renuncia de la ministra y en caso contrario, se considera que es el presidente el que tiene que actuar. En última instancia, de mantenerse en el cargo, se promovería el mecanismo de la interpelación a la ministra en la Cámara de Representantes y el diputado colorado, Juan Martín Jorge, sería el miembro interpelante.
Con todos estos elementos arriba de la mesa, el presidente Orsi, que ha adoptado un estilo moderado, tiene ante sí un verdadero dilema a resolver en el que intervienen a la vez aspectos éticos, políticos e institucionales. ¿Fueron suficientes para el presidente las explicaciones de Cairo? No lo sabemos aún.
Lo que está claro, y a la vista, es que, el escenario político que comenzó a delinearse es muy incómodo para el oficialismo que recién inicia su gestión en un contexto de campaña electoral, en la que la oposición acorta distancia, además, de la que surgirán las nuevas autoridades departamentales.