
Proteger el agua

Impulsada por Naciones Unidas a través de la Unesco y la Organización Meteorológica, el sábado 22 de marzo se celebró en todo el mundo el Día Mundial del Agua, una fecha en la que se busca generar conciencia y abogar por la importancia del agua dulce y su preservación. También se convoca a tomar medidas para hacer frente a la crisis mundial de este recurso, apoyando el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6: agua y saneamiento para todos para 2030. Este año, el foco está puesto en la protección de los glaciares, concebidos como reservorios naturales que contienen aproximadamente el 70% del agua dulce del planeta. Uruguay es un país privilegiado en términos de recursos hídricos. Con un extenso sistema de ríos, lagos y acuíferos, así como con una considerable existencia de agua subterránea, su acceso al agua potable es excelente.
Sin embargo, a pesar de su abundancia, el cuidado y la gestión del agua potable siguen siendo fundamentales para garantizar un futuro sostenible para la población y el ecosistema del país. Entre enero de 2020 y diciembre de 2023, todo el país estuvo la mayor parte del período bajo condiciones de sequía. En total fueron 28 meses de los 45 (62 %) que duró la crisis a raíz del impacto del fenómeno denominado La Niña. Pero entre abril de 2022 hasta setiembre de 2023, se verificó el período más prolongado con 17 meses consecutivos de sequía.
Fue la peor sequía en 70 años y sus efectos golpearon tanto al campo como a la ciudad. El sector agropecuario registró, entre 2022 y 2023, pérdidas equivalentes al 3% del PIB nacional, unos 1.880 millones de dólares, cuya recuperación recién pudo apreciarse en 2024. También el déficit hídrico dejó seco a Paso Severino, la principal fuente de abastecimiento de agua potable para la zona metropolitana, provocando una crisis sin precedentes en el suministro. El agua potable es esencial para la salud y el bienestar de los uruguayos.
A pesar de tener suficiente disponibilidad de agua, el desafío radica en su conservación y sostenibilidad. La calidad del agua es un asunto de prioridad nacional para asegurar que todos los ciudadanos tengan acceso a agua limpia y segura. La Administración de Obras Sanitarias del Estado (OSE) se encarga de la distribución del agua potable implementando sistemas de tratamiento y monitoreo constantes para mantener altos estándares de calidad.
La contaminación de fuentes de agua, ya sea por actividades agrícolas, industriales o por el uso inadecuado de productos químicos, puede comprometer la calidad del agua potable. Por ello, es vital fomentar prácticas responsables que reduzcan el impacto humano sobre el medio ambiente. Debemos estar atentos desde el gobierno nacional y organismos responsables, tanto el Ministerio de Ambiente como la propia OSE, así como también desde los 19 gobiernos departamentales y desde la sociedad civil en su conjunto, para proteger el ecosistema del país.