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Delgado, el candidato de la continuidad

Delgado, el candidato de la continuidad

Álvaro Delgado trabajó como secretario de prensa de Alberto Volonté, uno de los líderes del Partido Nacional y figura importante del sector “Manos a la Obra”.

Durante su colaboración con Volonté, Delgado estuvo estrechamente vinculado a la estrategia de comunicación del partido. También participó activamente en las campañas políticas de la época.

Esta experiencia le permitió ganar visibilidad y desarrollar habilidades clave en el ámbito político como articulador. Que luego usaría para avanzar en su propia carrera política. Incluyendo su rol como inspector general del Ministerio de Trabajo durante el gobierno de Jorge Batlle, cargo al que accedió con 29 años.

Inicios de la militancia de Delgado

Delgado (55 años) comenzó su militancia política desde muy joven en 1984 en los pagos maternos de Paysandú en el Partido Nacional. Delgado quedó obnubilado por el discurso que Wilson Ferreira Aldunate dio el 1º de diciembre de ese año, en la explanada de la Intendencia de Montevideo. Ferreira Aldunate, acababa de ser liberado de la prisión a la que fue sometido por la dictadura desde su regreso del exilio el 16 de junio. Este evento fue clave para su compromiso con el nacionalismo. Específicamente con la corriente wilsonista, siendo este el primer paso en su carrera política, que a partir de ese momento no se detuvo.

En 1989, Delgado trabajó como secretario de Juan Carlos Raffo, primero en su campaña electoral y luego en su gestión como senador. Este rol fue su primera experiencia importante dentro del Partido Nacional, consolidando su formación y aprendizaje en la política partidaria. En 1994, fue designado secretario de la bancada nacionalista en el Parlamento. Lo que le permitió involucrarse directamente en las decisiones estratégicas del partido y adquirir experiencia en la gestión legislativa y política interna.

En 1999, durante el gobierno de Jorge Batlle, Delgado se unió al Poder Ejecutivo como inspector general del Ministerio de Trabajo. Este cargo lo colocó en el ámbito del Ejecutivo. Trabajando en un rol de supervisión y control en un área sensible como el trabajo y las relaciones laborales. Lo que lo expuso a la dinámica del gobierno nacional.

En 2005, tras la victoria del Frente Amplio en 2005, Delgado fue elegido diputado por el Partido Nacional. Durante este período, formó parte de la Comisión de Industria, Energía y Minería, donde trabajó en temas relacionados con el desarrollo energético, la política industrial y los recursos naturales, áreas estratégicas para el país.

En 2008, Delgado se declaró “independiente” dentro del Partido Nacional, distanciándose de algunos sectores tradicionales del partido, y apoyando la candidatura de Carmelo Vidalín. Este fue un momento de reconfiguración política en su carrera, que mostró su capacidad para tomar decisiones políticas estratégicas y forjar alianzas.

En 2009, se unió a Aire Fresco, el sector fundado por Luis Lacalle Pou. Lo que marcó el inicio de su estrecha relación política con quien luego sería presidente. Esta alianza marcó también su carrera, ya que lo vinculó a una nueva generación de dirigentes del Partido Nacional.

En 2015, siendo senador, fue designado para liderar una comisión investigadora sobre presuntas irregularidades en Ancap. Este rol lo posicionó como un referente en la fiscalización de las empresas públicas y en el control de la gestión de los recursos estatales, aumentando su perfil público.

En las elecciones nacionales de 2019, Álvaro Delgado fue reelecto senador. Sin embargo, tras la victoria de Luis Lacalle Pou en el balotaje, dejó su banca en el Senado para asumir el cargo de secretario de Presidencia. Este puesto lo convirtió en la mano derecha del presidente y en una figura clave del Ejecutivo. A solo 13 días de asumir como secretario de Presidencia, Uruguay enfrentó la pandemia del coronavirus. 

Rol central en la crisis sanitaria

Delgado jugó un rol central en la gestión de la crisis, comunicando medidas de prevención, coordinando con las autoridades sanitarias y asegurando la transparencia en la información al público. Fue responsable de transmitir calma, pero también de anunciar decisiones difíciles como la suspensión de vuelos, eventos y restricciones sociales. Su liderazgo durante esta etapa lo consolidó como una figura importante en el gobierno.

En abril de 2020, en el marco del paradigma de la “libertad responsable” y ante el aumento del número de personas contagiadas, el gobierno creó el Grupo Asesor Científico Honorario ( GACH). Este comité asesor, integrado por científicos prestigiosos y especialistas en distintas áreas, funcionó como grupo de apoyo. Su accionar en base a recomendaciones precisas fue muy bien recibido y llevó tranquilidad a la población.  

En marzo de 2021, tras varios meses de arduas negociaciones encabezadas por Delgado,  comenzaron a llegar las primeras vacunas. 2 millones de dosis de Pfizer-BioNTech y 1,75 millones de Sinovac. A las que se sumarán 1,5 millones de vacunas del mecanismo Covax, de la Organización Mundial de la Salud. Eso permitió iniciar la campaña nacional de vacunación contra el Covid-19.

Durante la gestión de Lacalle Pou, Delgado lideró proyectos clave como el Plan Avanzar, enfocado en políticas sociales. El proyecto Arazatí, que se orientó al manejo de recursos hídricos. También fue fundamental en la gestión de la sequía, otra crisis que impactó al país. Su capacidad para manejar tanto proyectos de desarrollo como situaciones de emergencia fortaleció su perfil.

“Muchas gracias, presidente, por la confianza” dijo Delgado

El 21 de diciembre de 2023, Delgado renunció a su cargo como secretario de Presidencia para concentrarse plenamente en su campaña electoral como precandidato a la presidencia. Esta decisión marcó el inicio formal de su carrera hacia el liderazgo del país. Capitalizando su experiencia en el Ejecutivo y su estrecha relación con Lacalle Pou.

Ese buen relacionamiento, precisamente, quedaría plasmado el día de su renuncia. En la red X, el presidente escribió: “Ya hace muchos años que caminamos juntos. Fue un gran compañero en la gestión en todo momento. Sobre todo en los más difíciles. Con enorme tranquilidad, una extraordinaria capacidad negociadora y casi ilimitada de trabajo. Gracias @AlvaroDelgadoUy y éxito en este nuevo desafío”. En su respuesta, Delgado escribió al mandatario: “Muchas gracias, presidente, por la confianza. Compartimos de las buenas y de las otras, siempre poniendo a los uruguayos primero. Empezamos una transformación e hicimos lo que había que hacer. Fue un honor servir al Uruguay, me voy con la tranquilidad de saber que lo dimos todo!”.

Sobre esta etapa como secretario de la Presidencia, Delgado reconoció que fueron casi cuatro años de una “intensidad brutal, empezando a los 13 días (de asumir el Gobierno, el 1 de marzo de 2020) con la pandemia”. “Fue muy demandante el trabajo y sobre todo si uno le pone este compromiso y esta convicción y vocación”.

Tras la salida de Delgado, el hasta ahora prosecretario de la Presidencia, Rodrigo Ferrés, tomó su lugar, mientras que el de este último fue asumido por la abogada Mariana Cabrera.

En marzo de 2024, Delgado oficializó su precandidatura presidencial dentro del Partido Nacional. Planteó lo que llamó el “segundo piso de transformaciones”, con una visión de continuidad respecto al gobierno de Lacalle Pou. Su campaña usó un doble tick como logo, en referencia a la campaña “por la positiva” de Lacalle Pou, que tenía un solo tick. Esto evidenció su intención de seguir el legado del actual presidente, pero con su propio enfoque.

Elecciones internas

El 30 de junio de 2024, Delgado ganó las elecciones internas del Partido Nacional con más del 74% de los votos. Laura Raffo quedó muy por detrás con apenas el 19% de los votos. Tras su victoria, Delgado eligió como compañera de fórmula a Valeria Ripoll, una sindicalista. Marcando una estrategia de ampliar su base de apoyo y fortalecer su candidatura hacia las elecciones nacionales.

La decisión de nominar a Ripoll fue tomada en la noche de la votación luego de conocerse los resultados. Los cuales generaron preocupación en los blancos por la baja votación general -323.930 votos contra los 457.376 de 2019-, que fue el peor registro de los nacionalistas desde 1999; más la baja votación en Montevideo -en 2019 las adhesiones de los blancos fueron 114.517 y en las internas cayeron a 67.325-; y el magro desempeño de Laura Raffo, que a duras penas pasó el 19%.

Delgado se presentó como el candidato que busca continuar con el legado de su amigo y presidente, Luis Lacalle Pou, “no del continuismo”, según ha aclarado el propio Delgado. Aspira a que el 1º de marzo de 2025, Lacalle Pou le entregue la banda presidencial, lo que marcaría una transición de continuidad en el Partido Nacional.

“Vamos a un segundo piso de transformaciones (…) porque este gobierno nos deja un primer piso muy sólido para seguir construyendo el futuro”, proclamó Álvaro Delgado en Las Piedras, Canelones, en un modesto acto de cierre de campaña que contrastó con el multitudinario del Frente.

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