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Situación fiscal similar a 2019  y nivel de deuda “insostenible” en el arranque del nuevo gobierno

Situación fiscal similar a 2019  y nivel de deuda “insostenible” en el arranque del nuevo gobierno

La situación de las finanzas públicas del país es uno de los temas de la transición y es motivo de debate entre el gobierno entrante y el saliente. El presidente Luis Lacalle Pou aseguró el 6 de enero pasado, entre otros anuncios, que este gobierno culminará con un déficit fiscal menor al que recibió su administración en 2019. El dato, que se comprobaría semanas después, fue el puntapié inicial de una discusión sobre el panorama fiscal. La misma que protagonizaron ambas contrapartes aunque en roles diferentes. Para el Centro de Investigación Económica (Cinve) la pregunta que cabe formular ahora es si ese resultado implica una mejora sustancial, respecto a cinco años atrás.

Silvia Rodríguez, economista e investigadora del Centro de Investigación Económica (Cinve), afirmó que el resultado fiscal, considerado solo el gobierno central y BPS, cerró en 2024 en -3,4 puntos del PIB. Mientras que en 2019 ese cierre fue de -3,9.

Por lo tanto, agregó que “sería estrictamente correcto” sostener que, cerrados 2019 y 2024, la consecuencia del gobierno central y BPS. Sin considerar los ingresos por los fondos de los cincuentones, determina que “ha sido menor el resultado fiscal de 2024, marginalmente”.

No obstante, teniendo en cuenta el objetivo del gobierno de ordenar las cuentas fiscales, “no parece haberse encontrado una mejora sustancial. Ya que estaríamos en una situación muy parecida a la que se tenía al finalizar 2019”, con una diferencia “pequeña” de medio punto del PIB.

En conclusión, “la afirmación del presidente es en sí misma cierta; el número es menor«. Pero, la pregunta es si esto implica una mejora sustancial del panorama fiscal respecto a 2019.

«No se ha llegado a una mejora sustancial de las cuentas fiscales«

“¿Qué implica que ese déficit sea de -3,4 cuando antes era -3,9?. ¿Esa mejora de medio punto del PIB realmente implica ordenar las cuentas fiscales?. En principio, la respuesta sería que no se ha llegado a una mejora sustancial de las cuentas fiscales. Por eso estaríamos en una situación muy similar a la de 2019”. Apuntó Rodríguez.

El mismo razonamiento, agregó, se puede aplicar si se mira el resultado del sector público global. “Estas cifras en general dan dos resultados. Por un lado, lo ya comentado que tiene que ver con la diferencia entre los ingresos y egresos. Referida a una parte del sector público que es el Gobierno Central y BPS, pero después, si se incorporan empresas públicas, Banco Central, intendencias, etcétera, se llega a una cifra global para todo el sector público”.

En ese caso, señaló la economista, “también hay una diferencia, pero todavía más chiquita”. O sea, en 2019 el resultado fiscal del sector público global, sin considerar tampoco los ingresos por los llamados “cincuentones”, fue -4,3 y al cierre de 2024 ese resultado fue -4,1.

Por lo tanto, puntualizó, si bien “hay una mejora de 0,2 puntos del PIB, la pregunta que surge es: ¿resulta significativa, cambia la situación fiscal que tenemos hoy respecto a la de 2019? Si miramos estos datos, la respuesta es no”, sentenció.

Estamos virtualmente en la misma situación fiscal que en 2019. Por lo tanto, la afirmación del presidente de la República es cierta. Pero ante la pregunta de si hay una situación fiscal diferente, la respuesta es no, porque la diferencia es realmente pequeña y eso no implica una mejora sustancial como la que se proponía al inicio del período”, puntualizó. 

La deuda como contraparte

Sobre el final, la economista del Cinve se refirió a la contraparte de la situación fiscal en términos de la deuda. Aclaró que esta situación fiscal tiene su correlato en términos del endeudamiento, “porque claramente hay que financiar esa diferencia entre tus ingresos y tus egresos de alguna manera y eso en general se financia con deuda”.

Agregó que lo que sí ha ocurrido en este período, entre 2019 al cierre de 2024, a partir de los informes del MEF sobre la deuda, es que “la deuda ha crecido más de 10 puntos porcentuales; si observamos la deuda bruta, por ejemplo, del gobierno central, tuvo un incremento de 12 puntos entre 2019 y los datos a noviembre de 2024”. 

«La diferencia es algo menor»

Rodríguez indicó que en términos del consolidado del sector público, “la diferencia es algo menor, es de unos 11 puntos, pero para redondear diríamos que hay más de 10 puntos de deuda, de 10 puntos del PIB, o sea, el 10% de todos los ingresos que se generan en la economía en estos años entre 2019 y 2024 en que se incrementó la deuda, se aumentaron en ese porcentaje más de 10 puntos del PIB”.

Respecto al período anterior, en términos de la deuda bruta para el consolidado del sector público, “en 2019 estábamos con un endeudamiento próximo al 60% del PIB, mientras que, al cierre de este momento que estamos conversando, la que está disponible, es de 71% del PIB, lo que da una diferencia de aproximadamente 11 puntos de crecimiento de la deuda en estos años”.

Entonces, “¿por qué importa mirar el déficit? Porque ese déficit se financia con deuda y si esa deuda crece de manera ilimitada, hay un problema grave, no solamente porque se endeuda a las generaciones futuras, sino porque además tenés que poder sostenerla, porque esa deuda implica pagos de intereses, etcétera”.

Recordó que, al finalizar el gobierno anterior, el “meollo de la discusión” giraba en torno a este tema. En ese momento, el nuevo gobierno, básicamente la ministra Arbeleche, hablaba de la “dificultad o la insostenibilidad de la trayectoria de la deuda con las cifras con las que estábamos”

El efecto pandemia

En este momento, 5 años después, estamos con un resultado fiscal similar, pero además con niveles de deuda de un escalón de aproximadamente 11% más; ya sea que miremos la deuda bruta o la deuda neta, consolidado el sector público o el gobierno central, ese escalón sigue siendo de 10 puntos del PIB”, agregó la economista.

Quiere decir, puntualizó, que “si antes era insostenible, ahora también lo es y requiere prestar atención a esto”. Por otro lado, indicó que hay que tener en cuenta el efecto de la pandemia, que no solo ocurrió en Uruguay sino en todo el mundo.  “La pandemia sí implicó para todo el resto del mundo un mayor endeudamiento porque el gasto también se incrementó”.

Rodríguez indicó que la pandemia generó un escalón de 13% en el PIB, si se considera la deuda bruta del gobierno central de 2019 a 2020 mientras que, ahora, la diferencia es de 12 puntos.

“Por lo tanto, lo que se logró en este período fue bajar algo menos de un punto porcentual del PIB del nivel de deuda. Entonces, de ese escalón al alza que se tuvo, ahora al final hubo un escaloncito mínimo a la baja, pero el aumento se debe entonces a todos los gastos ocasionados por la pandemia. Entonces, un primer escalón, no diría todo, un primer escalón de 13% es deuda por pandemia, aunque no quiere decir que si se hace una desagregación, todo se deba a la pandemia.

Es más, si uno se fija en los datos correspondientes al fondo Covid, el registro específico de ese fondo para 2020 fue de 1% de todo el PIB y en 2021 fue de 1,6%.

Para el resto del crecimiento del endeudamiento, Rodríguez aclaró que “no tiene explicación aunque no quiere decir que no la haya”. 

«La estructura del gasto no cambió«

Otro aspecto que también era parte de lo que se comentaba al inicio del período tiene relación con  mejorar la eficiencia del gasto, pero sostuvo que en este gobierno “eso tampoco fue posible”.

“La estructura del gasto no cambió, por decir algunas cifras. El nivel de remuneraciones, los egresos del gobierno central y BPS por distintos grupos, por ejemplo remuneraciones, pasividades, gastos no personales, transferencias, inversiones. Esa estructura no cambió sustancialmente el monto que se pagó por todo eso”.

Explicó que en proporción del PIB, las remuneraciones significaron en 2019 un 5% y en 2024 un 5,1%, “prácticamente lo mismo”; las pasividades 9,4% en 2019 y 10% en 2024. En 2019 el PIB anual a precios corrientes fue de 2.193.674 millones de pesos, o sea, ponerle 2 millones de millones de pesos. Y en 2024, fue de aproximadamente 3.200.000 millones de pesos. 

En resumen, indicó que “las cifras de déficit hay que acompañarlas de las cifras de la deuda y entonces sí encontramos una situación fiscal que no es mejor que la de 2019, porque la mejora marginal es virtualmente muy baja y sin embargo tenemos un nivel de endeudamiento mayor”.

Esto implica, afirmó la economista, que el nuevo gobierno tendrá que “manejarse con cuidado”. Respecto a la posibilidad de aplicar un ajuste o consolidación, indicó que el futuro ministro de Economía, Gabriel Oddone, manifestó que “esto no iba a ser inmediato, pero que seguramente iba a tener que considerar algún tipo de consolidación fiscal”.

“Eso implica, seguramente, tener presente una trayectoria de la deuda, que no siga creciendo, supongo que tiene en su cabeza esta idea de cuál es la deuda prudente. Pero, ¿cuál es una de las llaves? El crecimiento del producto, porque si se tienen unos niveles de gasto que son bastante inflexibles, no hay mucho margen de hacer maravillas”. 

Recordó que en “estos últimos 10 años el crecimiento ha sido prácticamente un 1% anual. En este período, en estos últimos 5 años fue el 1% y las proyecciones no son muy alentadoras en ese sentido”.

“No me consta que haya habido desvíos”

La discusión sobre el estado de las finanzas públicas entre el gobierno entrante y el saliente generó una fuerte polémica pública. Desde el Frente Amplio, quien elevó la voz fue el economista  Mario Bergara. Si bien no integra el equipo económico del gobierno entrante, el ahora candidato a intendente de Montevideo habló de un supuesto “maquillaje” en las cuentas fiscales y de una reducción “artificial” del déficit.

La ministra de Economía, Azucena Arbeleche, le salió al cruce, lo acusó de “mentir” luego de que el frenteamplista asegurara que el Poder Ejecutivo había pedido a las empresas públicas un adelanto de impuestos de US$ 1.400 millones, mientras dilataron el pago a proveedores “más de lo habitual”. Bergara debió disculparse luego y admitir el error en las cifras que manejó. Consultada sobre esta polémica, la economista Rodríguez aclaró que la información que maneja está acotada a los datos que presenta el MEF en términos del resultado del sector público mensualmente.

En esa información disponible, agregó, “no me consta esa cifra, la que además el senador Bergara aclaró después que estaba errada”. “ A mí no me consta que haya un desvío más allá de los comentarios que pudo haber hecho Arbeleche, en el sentido de que es una herramienta que en algunas ocasiones se usa y que ella estimaba en una cierta cifra bastante menor a la que había comentado Bergara al inicio”.  “O sea que existió seguramente un adelanto, pero de una magnitud pequeña y tomó las explicaciones que dio la ministra como buenas”, agregó. 

Por otra parte, acotó que este comentario corrió por cuenta del senador Bergara, quien no es parte del nuevo equipo económico.

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