
Oscar Bottinelli y las claves de la elección nacional

El Explorador estuvo en una entrevista exclusiva con Oscar Bottinelli, politólogo y presidente de Factum.
Gane quien gane, la mayoría de la ciudadanía no espera que se produzcan grandes cambios a partir del próximo 27 de octubre. El anuncio de Orsi de designar al economista Oddone llevó una “gran confianza” a los organismos internacionales y a los grandes inversores. El Partido Nacional y el debilitamiento del Herrerismo. La candidatura de Ojeda y el regreso de Bordaberry potenciaron al Partido Colorado pero parece difícil que desplace al Partido Nacional en un eventual balotaje.
La seguridad es el tema dominante en esta elección, el caso Marset y el caso Astesiano, la incidencia de los plebiscitos. De todos estos temas y algunos más habló El Explorador con el presidente de Factum, el politólogo Oscar Bottinelli, en una entrevista que fue muy breve, pero muy jugosa.
¿Qué le pareció este anuncio del candidato del Frente Amplio Yamandú Orsi de adelantar el nombre del economista Gabriel Oddone como futuro ministro de Economía y Finanzas si gana el Frente Amplio?
-Creo que este anuncio, claramente, más la presentación en Buenos Aires, ha transmitido una gran confianza a los organismos internacionales, los grandes inversores, que asegura que no habrá un cambio de las grandes líneas económicas que en realidad son las mismas de los últimos veinte años.
Además, me parece que ratifica esa idea que tiene más o menos 8 de cada 10 votantes, que no es esperable un gran cambio que le cambie la vida a las personas por el resultado de la elección, como sí pueden ocurrir en temas como Seguridad.
Desde el punto de vista electoral, no creo que tenga movimientos en el voto. En general, son muy pocos los movimientos esperables en el voto a esta altura (a menos de un mes para las elecciones nacionales).
En otros partidos, en el caso del Partido Colorado, ¿qué impacto genera el regreso a la política de Pedro Bordaberry?
-Todos estos hechos, tienen efectos internos. Cuando digo internos, considerando a la coalición republicana como un bloque. Sin duda que hubo dos hechos en los últimos meses que a un Partido Colorado que estaba muy débil lo potenciaron.
Primero, la aparición de Andrés Ojeda, que llevó al Partido Colorado de más o menos un 8% a un 12% en torno a las elecciones internas, sobre la intención de voto global. Y luego, con la aparición de Bordaberry más el resultado de Ojeda, sumados, llevó al Partido Colorado a un 15 % que es el porcentaje en el que está por segunda vez consecutiva en esta etapa.
Nos parece que éste es un tema que juega dentro de la coalición de gobierno y dentro del Partido Colorado.
¿Tiene chance el Partido Colorado de entrar en el balotaje?
-Nos parece que es muy difícil. El Partido Nacional está en torno a los 27 puntos y de 15 a 27 la distancia es muy grande la diferencia. Lo que pasa es que el Partido Nacional tiene un piso muy sólido y sobre todo un tema estructural.
En las elecciones internas casi el 10 % de los votantes no votaron candidato a presidente. Votaron solo listas departamentales y casi todo el Partido Nacional. Y el tema es que el Partido Nacional tiene 16 departamentos del interior, excluimos Maldonado y Canelones, pero los demás tienen figuras departamentales muy fuertes.
Figuras de proximidad, el que es candidato a diputado, fue intendente, etc. Y eso le da al Partido Nacional un sostén muy grande que hace que sea muy difícil horadar con figuras nacionales.
¿Cuánto incidirán los casos de notoriedad pública que han dado lugar a actuaciones de la justicia y han tenido repercusiones políticas muy fuertes con renuncias de funcionarios de gobierno?
-Aparentemente, no han logrado mellar la imagen del presidente Luis Lacalle Pou ni del Partido Nacional. No se ha reflejado. Algo erosiona, no es neutro. Pero uno en otras circunstancias, en abstracto, le hubiera asignado a casos como el de Marset o el de Astesiano un impacto que no se dio.
¿Incluye a las acusaciones contra Penadés?
-El caso de Penadés es distinto. Porque no tiene que ver con política. Es una persona cuya actitud personal es cuestionada, está sujeta a proceso judicial pero ninguna por actos políticos. En cambio, lo de Marset o lo de Astesiano, tiene que ver con el funcionamiento de la administración y del Estado, el otorgamiento de pasaportes, por ejemplo. Entonces, es distinto porque apunta a lo político. El caso Penadés no apunta a lo político, apunta a una persona.
¿Hay antecedentes de procesos como los que se dieron por ejemplo en la Lista 71 con Laura Raffo, candidata presidencial, segunda más votada pero que no logra posicionarse dentro del propio sector y termina dando un paso al costado y arreglando por fuera con otro sector del Partido Nacional?
-Lo que pasa es que el Herrerismo es un sector que ha venido siendo sujeto de procesos de desintegración donde las denuncias contra Penadés, en marzo del año pasado, es un elemento que lo destruye.
Penadés era la columna vertebral en materia de pensamiento, de conducción y esa desarticulación ligada a que la otra figura del Herrerismo en actividad, que es Luis Alberto Heber, ha tenido un desgaste muy grande de imagen, en su gestión en el Ministerio del Interior y que en la candidatura de Laura Raffo no tuvo el desarrollo esperado; en gran medida por esta afectación de todo el Herrerismo, dio lugar a este proceso de cierto debilitamiento.
¿Cuáles son los temas fundamentales por los que está pasando esta elección?
-Bueno, el tema es que cada bloque y cada partido, la gente lo ve distinto. Sin duda hay una parte del país que, por ejemplo, una encuesta nuestra, que se hizo en varias oportunidades en los últimos años, nos da que, grosso modo, el 40% de los uruguayos quiere que este gobierno siga.
Un 40% de los uruguayos quiere que vuelva al Frente Amplio. Pero hay más de un 10% que quiere que este gobierno se vaya y que no vuelva al Frente Amplio. Y otro 9% que ni quiere que siga el gobierno, ni que venga al Frente, ni le molesta ninguna de las dos cosas.
Entonces, esto lleva a que hay dos bloques bastante equilibrados, duros, y luego hay gente que va a ir decantando, o con cierta indiferencia, o por lo que pueda considerar el mal menor. Entonces, eso hace más rígido el cambio de voto. Pero atención, hay un dato que es muy importante. El Frente Amplio, en nuestras estimaciones, está alrededor de 5 puntos porcentuales por encima de la elección pasada. Pero está dos puntos por debajo, dos puntos y medio, de lo que llegó a recoger el balotaje. Es verdad que hay un punto de ese dos y medio que lo recoge la izquierda fuera del Frente Amplio, es decir, la Unidad Popular Frente de Trabajadores.
Y que algo de lo que votó al Frente en el balotaje está votando a Salle. Salle tiene votos de todos lados, ideológicamente es muy complejo. Pero todavía el Frente Amplio no ha logrado penetrar lo que estuvo del otro lado, tanto en el balotaje como en la LUC.
Sin duda el tema uno hoy es seguridad. Y en seguridad hay una sensación de fracaso del gobierno actual y de los gobiernos anteriores. Hablo de la sensación de la gente. Entonces, no entusiasma ningún lado.
El tema va a estar más si consideran que, bueno, en otro tipo de temas, por ejemplo, notoriamente el Frente Amplio hemos visto que ha feminizado su electorado. En el año 89, con un 39%, estaba más o menos mitad y mitad el voto de hombres y mujeres. Y hoy prácticamente el porcentaje de hombres que votan al Frente Amplio es menor que en el 89.
Y todo lo otro, es decir, todo el crecimiento y la compensación de esa caída en hombres es voto femenino. Bueno, sin duda es una temática que no necesariamente atrae a todo el electorado, pero que hay un electorado para el cual es decisivo ese tema, al punto de sumar el voto para ese lado.
¿Cómo incidirán en la votación general los plebiscitos, el de desarrollo social y el de los allanamientos nocturnos?
-A ver, el de los allanamientos tiene una gran ventaja que es que ante un temor generalizado por el tema seguridad, prácticamente todo lo que se diga que esto va a ayudar a combatir la inseguridad logra adhesión, sin mucho estudio de qué impactos positivos o negativos puede generar. Porque hay, desde temores por lo que implica que pueda debilitar derechos humanos a incluso del lado de la policía temores de introducirse en tipos de procedimientos para que la policía no está capacitada ni equipada. No hay mucho entusiasmo en la policía por los allanamientos nocturnos. Pero lo que encontramos como idea general es que, bueno, esto es para combatir a los delincuentes y todo lo que sea combatir a la delincuencia, bienvenido.
Seguridad social el problema es que ha tenido un ataque muy fuerte, casi demoledor y especialmente que lo que ha provocado es una baja muy grande en la adhesión, es cuando salen desde el Frente Amplio figuras de primera línea en términos muy duros a sostener que es un gran riesgo para el país este plebiscito.
Si bien ahora el Frente Amplio ha atemperado ese discurso pero el efecto ya lo generó. Y por otro lado no se generó como por ejemplo en el año 89 cuando se creó un clima muy favorable al plebiscito el que introdujo el ajuste automático en las pasividades que además era tema único y muy entendible por la gente y condicionó a los partidos políticos.
El grupo político originalmente en contra terminó repartiendo la hoja del SI por el alud de la gente a favor. Aquí no se ve un alud y también la discusión no ha sido clarificada. El tema que más adhesión tiene que es el aumento de la pasividad mínima no es un elemento que los impulsores del SI lo hayan puesto en un lugar como para generar una adhesión.
Se mezcló con otros temas y eso debilitó lo que podía haber generado de repente una oleada que por ahora no se generó. Igual, la adhesión al SI que nos está dando y la adhesión segura, es mayor que la suma de apoyo a los grupos políticos que respaldan el SI. Hay gente que vota el Frente Amplio pero en los sectores contrarios al SI o vota a los partidos de la coalición y votan el SI.Entonces el SI está por encima del apoyo que tiene. Lo que lo puede afectar es el reparto de la hoja de votación. La gente va con la lista y le dan el SÍ por separado y lo unen o no lo unen. Eso puede contribuir a que se vea afectado el SI.
De acuerdo a sus cálculos, ¿la próxima será una elección pareja?
– A nosotros nos da consistentemente que la suma de partidos de la coalición está por encima del Frente Amplio en varios puntos pero que no le asegura, por no ser una coalición jurídica sino una suma de partidos, que le dé más bancas en el Senado que el Frente Amplio. El Senado tiene altas probabilidades de terminar empatado entre los dos. Diría que hoy hay más probabilidades de que termine 15 a 15. Estoy hablando de los 30 senadores. La presidencia no puedo decir que viene muy pareja. Hay efectos que se generan en octubre hacia noviembre. Que hoy se vea pareja, no quiere decir que necesariamente sea pareja. Eso se sabe, yo diría, en la noche del 27 o 28 de octubre, qué panorama queda.
Es una elección muy particular. En el Frente ya no están ni Tabaré Vázquez ni Danilo Astori ¿Cómo impactan esas ausencias?
-No, el Frente tiene una renovación total. El Partido Colorado es mitad renovación, en cuanto es retorno de algo que se había ido. No es continuidad. Alguien se va, se refresca, vuelve.
Y el Partido Nacional, con Delgado, sí fue una renovación total porque ya no hay líderes anteriores. Y Lacalle Pou que es joven, es un hombre que ha consolidado un liderazgo que no tenía en 2019.
En 2019 ganó la interna con el 55%, a un Larrañaga que venía en desgaste, a una emergencia de Sartori. Era el más votado, pero nada más. E incluso no era líder de la coalición. Hoy observamos que se encabeza todas las listas del Partido Nacional, salvo alguna menor, pero sí de las cuatro que pueden ingresar al Parlamento. Primera vez en la historia de los partidos tradicionales que una figura encabece la totalidad de las listas. Que ocurrió sí en el Frente Amplio, por ejemplo, con Astori. Pero además el Partido Colorado, sobre todo Ojeda, se le ve permanentemente en referencia a Lacalle Pou.
Parece como que está también bajo el liderazgo de Lacalle Pou y el Partido Independiente como el partido que ha colaborado permanentemente con Lacalle Pou. Es decir, ahí sí observamos una renovación, una figura de gran peso y de gran porte para un sector importante del electorado. Lo del Frente Amplio hay que verlo porque la elección de 19 fue un camino hacia la renovación, pero todavía estaban Tabaré Vázquez, Danilo Astorii y Mujica con cierta plenitud.
Ahora, en cambio, Mujica está realmente retirado y han muerto Astori, Vázquez. Entonces ya las nuevas figuras emergen. Y, por lo tanto, así como el Partido Colorado tiene un desafío de cómo construir el liderazgo a partir de esta elección, el Frente Amplio cómo termina de construir la renovación.
¿Tiene chance Bordaberry de superar a Ojeda?
-Yo diría que entre el sublema de Ojeda y el de Bordaberry, hoy por hoy, aparece una competencia pareja. Que no quiere decir que termine uno ganándole por un voto al otro, puede desnivelarse, pero se ve con paridad, sobre todo porque Ojeda es, Ojeda más Zubía, más el grupo de la 600 con Robert Silva, lo que le da un contexto más amplio.
¿Cómo observa a Cabildo Abierto y la pérdida de votos en las internas respecto a la elección interna anterior?
– Lo de Cabildo fue muy extraordinario en el 2019, un partido nuevo, que no es continuación ni ruptura de otro, y que aparezca con tres senadores y once diputados. Entonces, hay que ver si se sostiene y vuelve a niveles más o menos importantes, o queda como han quedado otros partidos, en niveles reducidos.
No hay que olvidar que Cabildo Abierto como partido nuevo, de los 11 puntos porcentuales que obtuvo, tres de ellos ya eran muy endebles desde el momento en que votaron al Frente Amplio en el balotaje y venían del Frente Amplio, del electorado mujiquista.
Pero después sí, fue sufriendo ya un proceso de desgaste. Por un lado era un partido con posturas ideológicas muy diferentes al resto de la coalición, que lo llevó a enfrentamientos en varios temas, como endeudamiento, como forestación, que generó molestias en votantes, llamémosles más de derecha, que lo vio demasiado izquierdizante, y por otros sectores que veían bien eso y después lo vieron plegándose demasiado a la coalición. O errores propios que tuvo, que lo desgastaron y claramente está muy lejos de repetir la elección del 19. Va a continuar en el Parlamento, va a continuar en el Senado, pero en niveles de uno o dos senadores. La expectativa de máxima sería de dos senadores.
¿Los partidos menores pueden tener alguna probabilidad de ingresar al Parlamento?
-Bueno, ahí hay tres que tienen alguna probabilidad. El Partido Ecologista Radical e Intransigente (PERI) está muy comprometido en retener la banca. Unidad Popular Frente de Trabajadores es una incógnita, ya estuvo en el Parlamento, perdió por muy poquito, hay que ver ahora qué pasa. Y Gustavo Salle, el Partido que sí que aparece como un fenómeno más de tipo protestatario, antisistema. El usa la palabra cleptocracia, que recoge un nivel de opinión muy variado, de adhesión negativa hacia lo político, que nos parece que asegura su presencia en el Parlamento. Por eso, los tres nos dan la probabilidad, no quiere decir que se dé, de hasta tres bancas de partidos menores no alineados.