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Rodrigo Arim: «Lo que hagamos hoy lo vamos a ver en 10 años”

Rodrigo Arim: «Lo que hagamos hoy lo vamos a ver en 10 años”

Este año, la Universidad de la República (UdelaR) celebra 175 años de existencia, un hito significativo para la historia del sistema educativo uruguayo en sí. En una entrevista exclusiva con el economista Rodrigo Arim, rector de la UdelaR, aprovechamos para realizar una reflexión sobre el pasado, presente y futuro de la institución, resaltando logros y desafíos.

Historia y rol fundamental del Sistema Educativo

La fundación de la Universidad de la República fue en 1849, basada en el decreto impulsado por Manuel Oribe y los ideales de Dámaso Antonio Larrañaga, quienes marcaron el inicio de la educación pública uruguaya. 

Arim, destaca que este acontecimiento no solo sentó las bases para la educación terciaria, sino que también fue crucial para el desarrollo de la educación primaria y secundaria. «Lo que se creó en aquel momento fue la institucionalidad que luego soportó todos los niveles de educación pública en Uruguay», afirmó.

Nuestro país fue pionero en la región al universalizar la educación primaria y en garantizar la gratuidad de la educación superior a principios del siglo XX. Este modelo permitió que el país se destacara en términos educativos en comparación con otros países de América Latina.

No obstante, Arim reconoce que, aunque Uruguay haya mantenido esta tradición de educación pública, no ha estado exenta de dificultades. Incluyendo golpes de Estado que afectaron a la universidad como en 1973. “No es una institución que estuviera aislada de la vida institucional, somos parte de eso”, destaca.

Desafíos actuales y necesidad de inversión

Uno de los principales desafíos que enfrenta hoy la Udelar, y el sistema educativo en general, es la falta de un verdadero sistema integrado de educación pública.

Arim subrayó que, si bien la Universidad de la República es un componente clave, es necesario fortalecer la cooperación con otras instituciones educativas como la UTEC y ANEP.

Además de priorizar la culminación de la educación secundaria y la universalización de la educación terciaria, algo que los países desarrollados ya han logrado y el Uruguay aún no.

Consultado por el uso de la educación como una “herramienta clave” para solucionar problemas sociales, Arim responde que la educación es una de las vertientes para responder a los problemas, pero, “no es la única”.

También destaca que la vida universitaria implica cultivar buenos valores, el funcionamiento democrático, practicar la discusión e intercambio, así como aceptar las diferencias. Afirmando que, para él, “la vida universitaria es el principal canal de movilidad social del siglo XXI”.

Comparación a nivel internacional

Comparando el gasto educativo que tiene el Uruguay con países nórdicos, explica que “estamos muy lejos de cualquier comparación internacional”. Porque mientras que los países más avanzados invierten hasta el 7% de su PIB en educación, Uruguay apenas llega al 4.5%. Esta diferencia, señaló Arim, tiene un impacto directo en los resultados educativos y en el desarrollo del país.

De igual forma, destaca que Uruguay tiene un gasto público relativamente alto, lo cual argumenta que no es malo, pero, no se está priorizando la educación.

Haciendo énfasis en la importancia de tener claro hacia donde se dirige el país, porque en términos de educación superior y de la investigación, las cuales son dos de las tareas centrales del mundo universitario “los resultados no se recogen en dos días. Lo que hagamos hoy lo vamos a ver en 10 años y lo que no hagamos hoy, también lo vamos a ver en 10 años”.

Uno de los ejemplos que brinda es la cantidad de matriculados y graduados en el interior del país, decisión que se tomó hace 15 años.

Para Arim, en eso se basa la gran complejidad del porqué los sistemas políticos suelen proteger poco los sistemas educativos: “porque no dan resultados políticos de corto plazo”. 

Impacto del COVID-19 

La pandemia de COVID-19 ha dejado secuelas profundas en el sistema educativo. Arim, que asumió la rectoría en 2018, reconoció que el mayor desafío de su gestión fue precisamente el manejo de la crisis sanitaria.

“Yo pensaba que iba a jugar un partido de un deporte, podríamos llamarle fútbol, y cuando abrí la puerta, el 13 de marzo, estábamos jugando al críquet y no conocían ni las reglas de juego”.

La UdelaR se vio obligada a adaptarse rápidamente a la virtualidad y a poner todos sus recursos al servicio del país, desde la producción de hisopos en impresoras 3D hasta la creación de herramientas para la desinfección de mascarillas N95.

Sin embargo, el impacto de la pandemia no se ha limitado a la emergencia sanitaria. Arim advirtió que los efectos educativos y sociales de la pandemia siguen presentes. Especialmente para los estudiantes más vulnerables que enfrentaron mayores dificultades durante el confinamiento.

«Estamos recibiendo estudiantes con grandes desigualdades en sus trayectorias educativas», dijo, subrayando la necesidad de desarrollar políticas específicas para mitigar esas desigualdades.

“Yo no estoy en contra de la virtualidad, todo lo contrario”, comenta Arim quien, a su vez, defiende que la vida universitaria brinda vínculos y relaciones que no se cultivan a través de una computadora. 

La nueva normalidad en la universidad

Algunas de las soluciones implementadas durante la pandemia, llegaron para quedarse y siguen modelando el sistema educativo actual. Arim destaca que durante la pandemia se implementaron cursos propedéuticos virtuales en distintas disciplinas como matemáticas, biología e idiomas, debido a la «heterogeneidad de formación previa» de los estudiantes.

«Construimos cursos propedéuticos para todas las disciplinas, para todas las carreras. Ellos están disponibles», explica Arim, subrayando que esta herramienta ayuda a mejorar las condiciones de ingreso a la vida universitaria.

Otro avance relevante fue la integración de tecnología avanzada como el Microscopio Virtual, que se realizó durante la pandemia junto con la UBA (Universidad de Buenos Aires) y la UNAM (Universidad Autónoma de México).

Este recurso permite a los estudiantes de áreas como biología observar tejidos o patógenos sin necesidad de estar físicamente en un laboratorio. «Eso no solamente vino para quedarse, vino para desarrollar», señala el rector.

Interacción social en la vida universitaria

Reflexiona sobre la importancia de aprender de la experiencia pandémica, pero sin perder de vista la necesidad de la interacción social en la educación universitaria.

«Una de las cosas que nos hizo falta fue la interacción social. Entonces, tenemos que recuperar el espacio de interacción social, por eso volvimos a la presencialidad, porque entendemos que también la presencialidad tiene bastante virtud desde el punto de vista de la formación», comenta.

La enseñanza híbrida ha demostrado ser útil en muchos casos, aunque Arim aclara que no puede sustituir completamente la experiencia presencial: «¿Es un instrumento que sustituye la presencialidad y el encuentro presencial? Yo diría no, no lo es», afirma.

Otro aspecto relevante que menciona es el desafío que presenta la educación virtual en términos de abandono estudiantil, una problemática que no se limita a Uruguay.

Según Arim, «una de las características de la virtualidad en el mundo universitario es la tasa de abandono. Es mucho más alta que la presencial», haciendo referencia a estudios que abarcan desde Inglaterra hasta España.

La estructura de gobernanza universitaria

Rodrigo Arim se encuentra en el rectorado de la UdelaR desde 2018. Siendo reelecto y aún le quedan por cumplir dos años más en el mando. 

Reconoce que hay cambios pendientes que no se lograron concretar en su periodo y que son necesarios para adaptarse a la diversidad de la universidad actual. 

«Esta universidad es la universidad de 1849, pero no lo es, por suerte. Pero puedo ser más general, supongo, es la universidad del 2000, pero no es. Es una universidad mucho más diversa, con diferentes características que no tienen nada que ver con la que teníamos en el año 2000″, comenta.

Una de las reformas más relevantes en curso tiene que ver con la estructura de gobernanza y la gestión universitaria. Según Arim, se están realizando esfuerzos para darle más agilidad a la institución, sin sacrificar la naturaleza colectiva de su gobierno. 

«Estamos intentando incorporar unos cambios en funcionamiento relevantes en la institución, darle más agilidad, sin quebrar el concepto que para mí es defendible de lo colectivo», subraya.

Por otra parte, menciona la creación de nuevos institutos centralizados, una innovación institucional clave: “vamos a crear institutos con financiamiento permanente que atiendan problemas que requieran medidas y miradas multidisciplinarias o por lo menos de profesionales provenientes de distintas áreas de conocimiento”.

Arim, se refiere también a la necesidad de aclarar y descentralizar los procesos de toma de decisiones dentro del organismo. «Tenemos que definir con claridad dónde se discute y dónde se toman decisiones en la Universidad de la República», comenta. El objetivo es reducir la burocracia y mejorar la eficiencia en la gestión. Como ejemplo, menciona que «un docente que en Rivera le piden una extensión horaria de 30 horas, capaz que pasa por tres ámbitos gobernados, para que se vote una extensión horaria de un docente en cada uno. No tiene ningún sentido».

Por su parte, enfatiza en la importancia de una gestión más flexible que permita mayor autonomía en las decisiones a nivel de facultades, asegurando al mismo tiempo que se mantengan controles de calidad adecuados.

«Es gestión porque tenemos que flexibilizar algunos criterios de gestión, y es gobernanza porque tenemos que definir con mucha más precisión dónde se toman decisiones», concluye sobre el tema.

Salud mental y Facultad de Psicología

En el contexto de la carrera de Psicología y la creciente preocupación por la salud mental, Arim señala que, a pesar de que sigue habiendo un gran número de egresados en psicología, la demanda de profesionales en el área de la salud mental ha superado con creces la oferta actual.

«Sigue habiendo un gran número de egresados. Esto vuelve a ser paradójico; algunos factores dicen que hay demasiados egresados de psicología en un país que tiene un problema de salud mental con indicadores que son agobiantes», menciona, refiriéndose a la preocupante tasa de suicidios.

Sin embargo, el rector reconoce que la cantidad de recursos y dispositivos disponibles para abordar estos problemas sigue siendo insuficiente. «Tenemos algunos recursos entre hospitales clínicos, la Facultad de Psicología, la Facultad de Medicina, pero son insuficientes para la población estudiantil y de funcionarios, docentes y no docentes»

Falta de políticas claves en el país

Arim subraya la falta de una política clara en el país para abordar de manera efectiva la salud mental, lo cual se evidenció en un proyecto conjunto con el Ministerio del Interior relacionado con la salud mental de los efectivos policiales, que finalmente no se implementó. «Trabajaron casi un año con nosotros para intentar diseñar algo… y quedó por esa», lamenta.

Además, Arim comenta que la pandemia reveló la gran demanda de atención en salud mental dentro de la universidad, especialmente durante los periodos de aislamiento y angustia.

«Durante la pandemia tuvimos un pico.  Estuvo saturado de demandas de estudiantes que consultaban por aislamiento, por angustia, por depresión», relata.

Esta situación mostró la necesidad de un sistema de atención más robusto, el cual ahora se está reincorporando para apoyar, entre otros, a los estudiantes que enfrentan el difícil tránsito entre la educación secundaria y la universitaria.

Por último, el rector destaca el rol crucial que juega el área de Bienestar Universitario en la atención de estas situaciones, ofreciendo servicios de salud, comedores, becas y actividades tanto culturales como deportivas. Aunque, señala que el modelo de bienestar de la universidad debe de adaptarse a la creciente diversidad y dispersión geográfica de la UdelaR.

«El bienestar básicamente cumple ese rol de intentar sostener desde el punto de vista de la salud; pero es cierto que hemos tenido que repensar nuestra estructura para adaptarnos a este nuevo escenario de una universidad mucho más diversa y dispersa en el territorio», concluye. 

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