
Encuentro en Paysandú conmemora a las mujeres rurales y promueve el fortalecimiento en el sector agrario

En el marco del Mes de la Mujer Rural (octubre), el pasado 1 de noviembre se llevó a cabo un encuentro especial en la zona de Andrés Pérez, Río Queguay, con el fin de celebrar y reflexionar sobre la situación de las mujeres rurales.
Esta actividad, organizada y financiada por la Dirección General de Desarrollo Rural del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), contó con la colaboración de organizaciones locales y el apoyo de la Mesa de Desarrollo Rural (MDR) de Paysandú.
La jornada reunió a 24 mujeres rurales, quienes participaron en un taller con enfoque de género. Este espacio permitió a las asistentes compartir sus experiencias en torno a temas como derechos laborales, violencia de género y desafíos en el sector agrario, inspiradas por el pilar III del Plan Nacional de la Agricultura Familiar (PNAF). Según el ingeniero agrónomo Pablo García, referente del Equipo Territorial de Desarrollo Rural, «fue una experiencia enriquecedora y emotiva, marcada por la alegría de encontrarse y el fortalecimiento de los lazos comunitarios».
La jornada cerró con una visita al río y una actividad guiada por Ana, una mujer de la zona que comparte su conocimiento en medicina natural. Durante el recorrido, Ana mostró a las participantes su «farmacia natural», explicando el uso de plantas y flores locales con fines curativos, lo que generó gran interés y aprecio entre las mujeres presentes.

Contexto de las mujeres rurales en Uruguay
De acuerdo con ONU Mujeres, en las zonas rurales uruguayas las mujeres enfrentan una situación de desigualdad laboral significativa. La tasa de empleo femenina es menor que la de sus pares varones, y las mujeres rurales registran un desempleo más alto.
Además, entre las mujeres mayores de 14 años en áreas rurales, un alto porcentaje se dedica exclusivamente a las tareas del hogar, evidenciando una carga de trabajo no remunerado que no se observa en los hombres.
Los roles tradicionales de género siguen presentes en el sector agrario uruguayo, así como los estereotipos que asocian la masculinidad con fuerza física y toma de decisiones, y la feminidad con cuidado y maternidad, limitan la participación femenina en puestos agropecuarios.
Según datos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca; la presencia de mujeres en el sector primario alcanza el 20,4%, y en la agroindustria, un 30,4%, pero la brecha de género persiste, marcando un desafío para la inclusión y equidad.
“No somos almohadón, no estamos pa’relleno”. Sindicalismo agrario y género en Uruguay
En un proyecto llamado No somos almohadón, no estamos pa´relleno sobre el sindicalismo agrario y genero de Uruguay, el cual fue presentado por las profesionales Paola Mascheroni, Paula Florit y Virginia Courdin, quien le cedió esta información a El Explorador, explican que: “en los estudios sobre sindicalismo agrario ha dominado una concepción tipificada de trabajador masculino y un concepto de trabajo restrictivo a la esfera del mercado”.
Las investigaciones feministas realizadas cuestionan la definición misma de trabajo y muestran cómo la interacción entre clase social y género da lugar a condiciones laborales precarias y a una posición subordinada de las mujeres en los sindicatos del ámbito agrario.
Ante esta realidad, el artículo se propone analizar la experiencia de las mujeres en su militancia sindical en el sector agrario de Uruguay. Para ello, se realiza un estudio cualitativo que se enfoca en las principales barreras para la participación sindical, las formas en que ellas participan y los avances y desafíos en la incorporación de la perspectiva de género en las negociaciones colectivas.
El estudio abarca temas que van desde las claves feministas para entender el sindicalismo, los sindicatos agrarios en Uruguay y mecanismos patriarcales y realiza un análisis de las mujeres en el empleo agrario que es donde queremos enfocarnos en esta ocasión.
Desigualdad de género en el mercado laboral
Las profesionales detallan que las desigualdades de género en el mundo laboral son visibles para las asalariadas agrarias que fueron entrevistadas. Identificando “una marcada división sexual del trabajo en la producción agropecuaria, que se expresa de diferente forma en los distintos rubros en los que se ocupan (citrus, tambo, arándanos, caña de azúcar”, explican.
Dentro de las declaraciones de aquellas que participaron en diferentes talleres, se encuentran testimonios que expresan: “el hombre cree que las mujeres no somos capaces de realizar trabajos forzados, como llevar las escaleras, trabajo en piletas” y “por ser mujer creen que vos no podes realizar una tarea y ya no te la dan, aunque la puedas hacer pero ellos creen que no”.
Dando como resultado, que los procesos de “segregación a partir de estereotipos de género se traducen en que las mujeres tengan menores oportunidades reales para ocupar puestos jerárquicos en las empresas, así como también menores oportunidades para su capacitación” .
Ingresos salariales: hombres vs mujeres
Un punto importante, es que esta división sexual del trabajo también se refleja en la jerarquización que se da a la ocupación e ingreso de los varones sobre el del personal femenino. Las entrevistadas, aseguraron que cuando se deben de brindar horas extras, mejores puestos laborales y hasta remuneración, se considera primero a los compañeros; dando por sentado que el hombre es el proveedor mayoritario en el hogar.
Por otro lado, hay estudios realizados en 2022, que comprueban que aquellas mujeres trabajadoras con hijos a cargo suelen centrarse más en el trabajo, demostrando mayor responsabilidad y disciplina que el sexo masculino; encontrando una incongruencia en lo que se brinda y quien responde de mejor manera a las tareas asignadas.