
“Efecto Temu” y la competencia desigual que afecta al comerciante ante el régimen de encomiendas postales internacionales

En 2024 sucedió un hecho que revolucionó el comercio electrónico: llega a nuestro país Temu, una plataforma de comercio exterior fundada en 2022 que se dedica a ofrecer productos a precios competitivos y accesibles desde China a otros países. Desde su llegada, este fenómeno provocó que en Uruguay hubiera, mes a mes, un aumento significativo de compras. Según datos de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA) en 2024 se realizaron 961.152 compras web en el exterior sin pagar impuestos (beneficio con tope de US$ 200 por vez, sin fines comerciales y hasta tres veces al año por persona física). Esto significó un aumento de 74,9% respecto a 2023 y un récord histórico de compras por Internet al exterior. Respecto a diciembre (mes donde suele observarse mayor cantidad de encomiendas), se registraron 153.607 envíos, 122% más que en diciembre de 2023.
El “efecto Temu” provocó que personas que jamás habían utilizado la franquicia empezaran a hacerlo y aquellos que ya lo hacían pero no utilizaban los tres envíos anuales, empezaron a utilizarlos, provocando, a su vez, “dificultades operativas” y una creciente preocupación en el comercio nacional. En este marco, El Explorador dialogó con la Ec. Ana Laura Fernández, asesora económica de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (Ccsuy) y Andrés Marrero, el presidente de la Cámara de la Economía Digital del Uruguay (CEDU).
“El régimen como tal genera una inequidad fiscal y una competencia que pone al comerciante local bajo diferentes condiciones”
Fernández aclaró que las compras en el exterior son una preocupación que la Cámara de Comercio presenta desde el año 2012 “cuando inició su reglamentación”. Desde entonces, trabajan con las autoridades manifestando su posición y logrando avances en el régimen, que permitieron un orden para que el mismo no se usara en mala forma. Sin embargo, admite que en el segundo semestre de 2024 el crecimiento que se dio, en la cantidad de envíos que llegan al país bajo este régimen, “encendió una luz amarilla”.
La Cámara de Comercio, desde su representación a nivel nacional, viene recibiendo “mes a mes y cada vez más” la preocupación ante el desvío del consumo. Fernández explicó que “el ingreso disponible de la familia es finito, entonces, frente a la opción de comprar en el exterior con una oferta disponible mayor y a precios más competitivos, hace que se dé un desvío del consumo y termine impactando en el resultado de las ventas de los comerciantes en el país”. Si bien el uso de las franquicias “afectaba mayormente al comercio minorista y en algunos rubros en particular, como lo son vestimenta, calzado y juguetes, aspecto que se mantiene debido a que son rubros que tradicionalmente ya tenían mayor relevancia, actualmente observamos que no solo se han sumado otros rubros, como por ejemplo artículos para el hogar, electrónicos, ferretería y camping, sino que el impacto se volvió transversal a todas las empresas sin importar su tamaño”.
En medio de esta situación, le consultamos por el proyecto de ley que busca modificar el régimen actual de encomiendas internacionales y habilitar un máximo de US$ 500 por envío. La propuesta los sorprendió por su historial manifiesto de preocupación respecto al régimen y cómo estaba impactando el aumento en el último tiempo. “Hemos hablado con los legisladores que lo presentaron, pero previamente no hubo un intercambio”, expresó.
La asesora aclaró que “no estamos en contra del consumidor que podría beneficiarse” sino que existe una preocupación. “El régimen como tal genera una inequidad fiscal y una competencia que pone al comerciante local bajo diferentes condiciones que son desventajosas, cuando tiene que salir a competir con mercadería que ingresa a nuestro país”, informó. A su vez, recordó que “como es mercadería, según la normativa, para uso personal, en muchos casos no tiene la obligación de cumplir con ciertas normas y exigencias que sí tienen productos que ingresan bajo el régimen general de importación”.
Dentro de las preocupaciones, mencionó la tensión que se generó en la Dirección Nacional de Aduanas en materia de controles de la mercadería que ingresa bajo este régimen. Recientemente la institución fortaleció y generó una unidad específica para el control pero entienden que el crecimiento hace que “no sea posible controlar el 100% de la mercadería que ingresa”.
En conclusión, el planteo que realizan en defensa de las empresas privadas y de las mipymes del sector comercio y servicios, en particular aquellos localizados en todo el país, es la existencia de una “inequidad fiscal y una competencia que se genera bajo diferentes condiciones”. Fernández informó que la propuesta que defienden es “bajar la carga tributaria, arancelaria y lograr una regulación más eficiente para las empresas que están establecidas, permitiendo así que, por lo menos, se acorte esa brecha de diferentes condiciones que hoy están enfrentando en la competencia”.
“Nuestra búsqueda es la concreción de medidas de apoyo al comercio local y no la restricción del régimen de encomiendas”
Siguiendo la misma línea de análisis que realizó Fernández, el presidente de la CEDU, Marrero, expresó que el aumento significativo respecto a las compras bajo el régimen de encomiendas postales internacionales, concretamente con la llegada de Temu, provocó que el comercio se viera resentido. Entonces, en la mirada del comercio electrónico “lo primero que vemos es que los comerciantes uruguayos que venden online están afectados por la situación, no transitan una situación paralela o distinta a la que vive el comercio en términos generales”. Desde la Cámara de la Economía Digital hicieron una encuesta a sus socios y siete de cada 10 declaran impacto negativo y una baja en sus ventas.
En este contexto informó que la mirada respecto al régimen es que “se está dando una situación de competencia desigual entre los comerciantes locales y estos actores globales que ingresan sus productos”. Marrero reflexionó que “no es una mirada crítica o negativa o por lo menos no estamos en contra del régimen de encomiendas con el cual convivimos y del cual se benefician los consumidores uruguayos desde hace ya muchos años. En realidad el planteo y la mirada de la Cámara es que debería haber una búsqueda de igualar, por distintas vías, la situación en la que compiten, en la que el comerciante tiene sobrecostos que el consumidor por este régimen no”.
En esa línea, plantean tres líneas de trabajo: buscar beneficios fiscales a las compras online locales, “así como comprar online en el exterior tiene el beneficio de poder comprar hasta tres veces por año, por un valor de hasta 200 dólares y sin pagar ningún tipo de impuestos, estamos desarrollando ideas, mediante un equipo técnico, para presentar medidas compensatorias que permitan que los uruguayos que compran dentro del país, a través de canales digitales, puedan tener un beneficio similar”.
La segunda línea de trabajo nuclea mecanismos que promuevan la inversión en tecnología para la venta online. “Entendemos que el comercio electrónico es motor de crecimiento de la economía y en el fondo, al verse resentido y estar compitiendo en esta situación desigual, necesitamos fortalecer a los comerciantes uruguayos para que compitan mejor y eso tiene que ver, también, con darles herramientas”, explicó.
Por último, mencionó la compra de pauta digital al extranjero: “el modelo de Temu, en concreto porque es el que está sobre la mesa en este momento, se apoya en un pilar que tiene que ver con los precios tremendamente agresivos e irruptivos y otro que tiene que ver con un marketing potente y con un volumen de pauta digital muy grande. Por otro lado, los comerciantes uruguayos, cuando pautan en plataformas digitales internacionales como Google, Meta, TikTok, tienen un régimen impositivo que no les permite deducir ese gasto del IRAE (Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas), con lo cual terminan comprando más cara la pauta de lo que se compra en otros lugares. Entonces, no solo estamos compitiendo con empresas de escalas superiores a la de Uruguay y que traen sus productos en una situación impositiva favorable, sino que además, el comerciante uruguayo compra más cara la pauta digital para poder promover sus productos”. Ante esta situación, buscan que se mejoren las condiciones, concretamente eliminar uno de los requerimientos para que las empresas uruguayas puedan descontar del IRAE sus gastos en pauta digital.
En conclusión, Marrero expresó que “sin medidas que permitan un escenario más equitativo para el comercio nacional, el aumento del valor de las franquicias lo vemos como algo negativo”. En ese sentido, definió que “nuestra búsqueda es la concreción de medidas paliativas y de apoyo al comercio local y no la restricción del régimen de encomiendas”.
“El comercio electrónico no para de crecer, lo que observamos es que el ritmo en Uruguay respecto a las acciones que se estén evaluando y las futuras debería ser el más rápido posible, porque siempre la realidad va mucho más rápido que las leyes. Entonces, todo lo que el Estado pueda hacer para acompañar y para adelantarse, es importantísimo”, finalizó.