Mota: “El compromiso es seguir trabajando, día a día, por los derechos humanos”
El Parlamento fue sede de la XIV Asamblea Nacional de Derechos Humanos, un espacio de balance, diálogo y proyección para la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (Inddhh). Allí se presentó la rendición de cuentas del Consejo Directivo, se compartieron informes de los grupos de trabajo y se formalizó la asunción de la Dra. Mariana Mota como presidenta del organismo, en sustitución de la Dra. Carmen Rodríguez.
En la apertura, la presidenta de la Asamblea General, Ing. Carolina Cosse, subrayó la relevancia de contar con un organismo independiente y comprometido con la defensa de los derechos humanos. Durante la jornada se dio a conocer que hubo más de 650 intervenciones realizadas en 2024, 124 visitas a centros e instituciones, 14 informes publicados y 110 resoluciones emitidas, entre ellas varias que constataron vulneraciones de derechos y derivaron en recomendaciones concretas a organismos estatales.
El acto incluyó la voz de la sociedad civil, la academia y organismos internacionales, reflejando la amplitud de la agenda que la Inddhh busca sostener. En dicho acto, la nueva presidenta destacó: “El desarrollo de políticas públicas, con una participación continua en el diseño, elaboración, ejecución y evaluación de estas, en un marco de protección, promoción y defensa de los derechos humanos, en el entendido que es un trabajo largo y continuo, día a día”.
El informe de gestión y los logros institucionales
El resumen ejecutivo presentado en la Asamblea destacó que 2024 y el primer semestre de 2025 fueron años de consolidación institucional, con la puesta en marcha del Plan Estratégico 2024-2028. Los ejes principales son alianzas estratégicas, desarrollo institucional, accesibilidad y promoción de derechos.
Se fortaleció la identidad de la institución mediante un mayor alcance comunicacional y el incremento de actividades públicas y formativas. Más de 6.000 personas participaron en cursos online gratuitos, lo que amplió el acceso a la educación en derechos humanos.
Por su parte, el Mecanismo Nacional de Prevención profundizó el monitoreo en áreas sensibles como el sistema penal juvenil, el sistema penitenciario adulto, la salud mental y las residencias de adultos mayores. También se robusteció el área de Igualdad y No Discriminación, con campañas contra los discursos de odio y la promoción de derechos de colectivos históricamente vulnerados.
A su vez, se avanzó en tareas de gran sensibilidad como la búsqueda de personas detenidas desaparecidas, la presidencia de la Comisión Nacional de Sitios de Memoria y el fortalecimiento de investigaciones en temas medioambientales y de alimentación adecuada.
Mota: “Un compromiso para seguir trabajando”
Doctora en Derecho y Ciencias Sociales por la Universidad de la República, con especialización en Derecho Penal y una amplia trayectoria como jueza, Mariana Mota ya había integrado el Consejo Directivo de la Institución y es considerada una figura reconocida en todo lo que respecta a Derechos Humanos. Ahora, la tarea la convoca a ocupar el cargo de presidenta de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo, el cual ejercerá hasta 2027.
En entrevista exclusiva para El Explorador, Mota explicó que “vuelvo a trabajar en una temática que me convoca y me compromete, principalmente porque fueron las organizaciones las que impulsaron este regreso a la institución. Es un compromiso para seguir trabajando”.
Consultada sobre los principales avances logrados en estos años, la presidenta destacó la profundización de las líneas de trabajo del organismo, pero reconoció una deuda pendiente que es la inserción nacional de la Inddhh.
“La institución continúa siéndolo -más allá de que es nacional-, sigue siendo montevideana y alrededores, o sea, se reciben denuncias de otras partes del país, pero en forma muy minoritaria, y la presencia y el conocimiento de la institución todavía no se ha consolidado a nivel nacional”.
Para Mota, esto reclama tener otras sedes del otro lado del río Negro con permanencia y una mirada acerca de las necesidades y realidades del norte del país, las cuales difieren de las del área metropolitana. “Desarrollar estrategias y formas de trabajo hacia esas regiones, que eso es bien importante y es una deuda”, detalla.
A su vez, considera que la descentralización es otra de las prioridades para poder acompañar a las comunidades y sostener un diálogo permanente en el territorio, no solo con visitas puntuales. “La permanencia, el tener contacto con esas realidades, el acompañar y poder dialogar de la manera como se hace en Montevideo, es un requerimiento que todavía no se ha concretado. Entonces eso sí es un debe y creo que no se ha desarrollado. Deberá continuarse para adelante”.
Ciudadanía y apropiación de derechos
Mota insistió en la importancia de que la ciudadanía conozca y se apropie del trabajo del organismo. “Fundamentalmente para que conozca sus derechos, para que sepa cuáles son los mecanismos para reclamar cuando estos han sido vulnerados. Para conocer cuáles son las obligaciones de los organismos estatales en relación a las funciones que desempeñan. En definitiva, para participar a partir del conocimiento y de saber cuáles son los roles de los organismos estatales, cuáles son los derechos, cuáles son las obligaciones y participar activamente en la elaboración de las políticas públicas en su implementación y su evaluación”.
Sobre el impacto de las resoluciones -en 2024 la Defensoría emitió 110 resoluciones- explicó que el impacto varía, pero siempre tiene un objetivo central que es transformar prácticas institucionales en favor de la ciudadanía. “Las resoluciones se emiten a partir de denuncias concretas y buscan recomendar cambios a la forma de actuar de los organismos”. Explicó que en la medida que estos cambios se verifican, “permiten a las personas constatar que sus derechos fueron reconocidos y que un organismo modificó su accionar. Eso es bien importante”.
Realidades alarmantes: cárceles, salud mental y niñez
Uno de los aspectos más críticos del informe refiere al monitoreo del Mecanismo Nacional de Prevención. La presidenta expresó su preocupación enfatizando que “todas las áreas que abordan el mecanismo son siempre alarmantes y son urgentes”. Desde el hacinamiento carcelario, las enfermedades, la violencia extrema, muertes y suicidios, “todas esas situaciones son una bomba de tiempo que realmente debe ser mirada con mucha atención y resolverse lo más pronto posible para evitar mayores vulneraciones. Aclaró que estos temas han estado presentes en las diferentes administraciones y no será diferente durante su presidencia.
Sobre la niñez y adolescencia, señaló una vulneración persistente “muy preocupante”. Señala que niños y adolescentes con problemas de salud mental permanecen internados en centros específicos “incluso después de recibir el alta médica, porque el sistema de protección no encuentra dónde ubicarlos. Eso es una vulneración tremenda que se arrastra de años anteriores”.
Desde la Inddhh, se trabaja en vinculación con las diferentes instituciones asignadas para conocer y “vigilar” las situaciones de internación compulsivas o prolongadas. Se trata de un monitoreo para conocer en qué condiciones se encuentran aquellos que atraviesan problemas de salud mental y son más vulnerables con relación a sus derechos y la forma por la cual transitan esos procesos en la vida. “Efectivamente también ahí hay falencias y es algo que se ha constatado”.
Memoria y búsqueda de desaparecidos: un compromiso ineludible
La presidencia de la Comisión Nacional de Sitios de Memoria y la búsqueda de personas desaparecidas son competencias para la Institución. Mota considera que se trata de una ley que permitió visualizar los escenarios donde se violaron los derechos humanos y, sobre todo, “darles voz a las víctimas, a las familias de las víctimas e incluso a la comunidad en donde se insertan esos sitios de memoria para contar la historia de lo que allí ha ocurrido”.
A su vez, explica que “la existencia de los sitios de memoria es fundamental, principalmente para las generaciones nuevas que no transitaron el terrorismo de Estado. Permite conocer cómo se vulneraron los derechos humanos y cómo fue la resistencia. Es sostener la memoria para contar lo que pasó, para reflexionar sobre la necesidad de tener una democracia y fortalecerla”.
Sobre la tarea de búsqueda de desaparecidos, reconoció algunas dificultades, como la lucha contra la “persistencia de la negativa de la información y el silencio”, lo cual lleva a la Institución, junto al Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF) de la Universidad de la República, a trabajar con información que para Mota, “no es de la calidad deseada. Se trabaja con datos que no son tan precisos y entonces hay que buscar las otras formas de poder llegar a esa información necesaria”.
Dentro de las medidas presentadas por el actual gobierno, se manifestó el compromiso en avanzar en esta temática, lo que desde la Inddhh se ve con “esperanzas de que así sea para, por lo menos, poder acceder a información documental o testimonial que permita mejorar la búsqueda”.
Mota define como “compleja” la búsqueda de detenidos desaparecidos y reclama la participación de los diferentes organismos del Estado, así como recuerda que se tiene un alto porcentaje de desaparecidos que son argentinos y que, por lo tanto, la Institución también trabaja desde la vecina orilla.
Una asamblea que refuerza vínculos
Al evaluar la jornada en el Parlamento, Mota resaltó el valor de la participación de organizaciones sociales y académicas en los grupos de trabajo:
“Son formas interesantes no solo de generar participación, sino de avanzar en soluciones. El trabajo colectivo permite analizar, proponer y buscar salidas a situaciones de vulneración. Eso es lo que nos compromete a seguir”.
Con un plan estratégico en marcha, la nueva presidenta enfrenta el reto de consolidar la presencia nacional de la Inddhh, ampliar el conocimiento ciudadano sobre derechos, fortalecer el monitoreo en áreas críticas y avanzar en la búsqueda de desaparecidos.
Desde la Inddhh el compromiso es seguir trabajando, potenciar los vínculos con las organizaciones sociales y establecer un diálogo permanente con la ciudadanía, la academia y el Estado. Porque los derechos humanos son una construcción diaria, que requiere esfuerzo continuo.




